En la ciudad de Tokio Japón, se encuentran en los parques unas máquinas expendedoras de comida, que los transeúntes por medio de una moneda de 10 yens sacan una bolsa.
La persona encargada de su reposición no encontraba justificativo para la aparición de monedas de menor cuantía en los monederos de las máquinas. Así que un día decidió levantarse muy temprano y espiar a una de ellas.
Menuda fue su sorpresa al comprobar la razón de dichas monedas pequeñas. Ante sus ojos uno y otro cuervo traía una moneda en el pico y la introducían en la ranura de la máquina, para después sacar la bolsa de alimentos (si la moneda era la correcta).
Decidió convocar a un canal de TV para poder documentar dicho descubrimiento, que luego fueron mas allá todavía buscando de donde traían las monedas.
En una capilla cercana todos los días los feligreses depositaban monedas como ofrenda en una especie de palangana. Esta capilla tenía unos orificios de ventilación que era el lugar por donde ingresaban los cuervos durante la noche y se iban llevando las monedas.
Lo único que los cuervos no sabían era que solo las monedas de 10 yens eran las que otorgaban comida en las máquinas.
Esta curiosidad esta ampliamente documentada por medio de vídeos.
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